Cita

jueves, 21 de noviembre de 2013

Una reseña sobre el Futuro.

Si traigo hoy un libro como motivo, es por su enorme pertinencia al tema que orienta este blog. Josep Fontana es uno de los que se atreven a hechar un vistazo al Futuro -sí, con mayúscula. Lo hace, paradójicamente, desde su autoridad y su formación como muy veterano historiador, y después de su extensísimo volumen sobre la historia de ese pasado inmediato, casi presente, que ha sido la segunda mitad del siglo XX.  El libro -El futuro es un país extraño, 2013- es magnífico, aunque no hay que leerlo si uno tiene tendencias depresivas. Es un "ensayo", que completa el rigor académico de su trabajo histórico anterior -Por el bien del imperio, 2011-, y se atreve a especular fundadamente, sobre el futuro que podría corresponder a ese pasado y presente, que es como subtitula su voluminosa indagación en el mundo posterior a la segunda guerra mundial.
El título del libro apunta al futuro que nos espera a nivel de Civilización. Teniendo en cuenta que nuestra Cultura hoy día está dominada por el monodiscurso del Capital, el futuro del que se trata, pues, es el del propio Capitalismo.
Más allá de la idea general de Chomsky de que "estamos en guerra", la idea general del libro de Fontana es que asistimos, más concretamente, a una "guerra contra los pobres", en la medida en que se da la exigencia/necesidad del último capitalismo de obtener el mayor margen de beneficios posible. El botín más a mano es la acumulación/distribución de renta que se hizo tras la segunda guerra mundial en los estados sociales de occidente ("Estado del bienestar").  Zygmunt Bauman ilustra muy bién esta dinámica autolítica del capitalismo a través de la imagen de la serpiente que se come su propia cola: llegará un momento que muerda su propia cabeza. Como el capitalismo especulativo se nutre de la liquidación de activos, y como estos son el resultado del trabajo productivo, y la globalización y la rapiña del capital van extendiendo y profundizando el deterioro de las rentas del trabajo y forzando a la exclusión a cada vez un mayor número de personas, llegará un momento de entropía en el que ya no queden más activos económicamente significativos que liquidar.
Austeridad y represión serán, para Fontana, las dos caras de la moneda que ya está en circulación(1), ya que de lo que se trata es de imponer cambios permanentes en el cotrato social vigente durante el siglo XX .
El logro de esa rapiña sigue ciertos pasos:
- privatización de la política (se gobernará según los recursos económicos privados dedicados a copar los ámbitos de poder político -vemos aquí la importancia de la financiación ilegal del PP);
-privatización de los recursos del Estado (ejemplo de la crisis de deuda pública española: Excedetes de la banca alemana -> créditos baratos a la banca del sur de europa -> codicia económica, y corrupción financiera y política de estas entidades -CAM, -Bancaja, etc-, afines en intereses especulativos y de poder con el Partido Popular -> presiones de la banca alemana (A. Merkel) a la troika -> políticas de austericidio (Grecia se ha empobrecido un 40% desde 2008, el caso mas grave de toda la historia económica del mundo);
- privatización del Estado mismo (ya sin recursos propios, el Estado es privatizado a precio de saldo);
- para, por último, alcanzar la "meta-privatización" de los ciudadanos (así lo llama Fontana, aunque más bien habría que hablar en ese punto de "individuos"). Sería -así me lo represento yo- un nuevo medievalismo, en el que la gente trabajaría a cambio de recibir los servicios básicos -suministros de agua, luz, etc.- donde el dinero solamente circularía en la macroeconomía de las corporaciones financieras/industriales -ya hay multitud de "monedas" de uso local, incluso a nivel de barrio-.
¿Qué expectativas hay de superación de este estado de cosas con las que empezamos el siglo y el milenio? Fontana es contundente en una cosa: desconfía absolutamente de las propuestas "evolucionistas" de los grupos light, buenistas, ecopacifistas, etc. Solamente la acción polítca podrá tener un efecto real para el cambio. ¿Cuando? ¿Cómo? Fontana hace un repaso del imperio del capitalismo en todo el mundo, a la par de la regresión galopante en los derechos humanos y las libertades políticas -la primavera árabe se ha convertido en el invierno islamista, por ejemplo-. La esperanza está del lado del azar. La historia nos muestra que los grandes cambios históricos llegan sin avisar -su razón de ser solamente podemos construirla après-cup.

(1) España se perfila como ilustración pefecta de esto: después de los dos años "marianos" de represión económica para las clases medias y obreras, la lógica de sus temores a los efectos sociales de esta estafa lleva a la derecha española a anunciar los próximos dos años de legislatura como los de la represión de los derechos civiles a través de su nueva Ley de Seguridad -léase: represión- Ciudadana, que vendría a enmarcar la represión judicial obrada a través de la carestía de tasas en el acceso a la justicia. Saturando de multas desorbitadas las acciones o, simplemente, iniciativas de protestas ciudadanas, el gobierno puentea a los jueces, y eleva a penas de hecho, las sanciones administrativas. ¿Quién podrá pagar hasta 600 mil euros -no es una errata- por haber insultado a un policía, o convocado una manifestación no autorizada?

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