Cita

miércoles, 11 de enero de 2017

La "post-verdad" como nuevo significante en la Cultura.

Sueño de la mentira y la ynconstancia, Goya,
Museo del Prado.
El año se despidió con la entrega de un nuevo significante para la cultura de la metamodernidad: la post-verdad.
Es un significante inaudito en la historia porque escamotea la exigencia lógica de pensar en términos de contrarios, pues la post-verdad no es exactamente lo mismo que la mentira, aunque la incluye.
Es un significante que nos ha venido desde la política como necesidad intelectual para comprender un par de fenómenos que han roto todos los pronósticos sociológicos, contradiciendo el saber acumulado por experiencias que creíamos que eran leyes por la solidez de su asentamiento: el fracaso gubernamental del referendum "Brexit", y la victoria electoral del candidato D. Trump en los EEUU1. Para el primero, un gobierno nunca pierde un referendum que él mismo promueve; para el segundo, un candidato nunca gana en contra del "aparato" de su propio partido y, mucho menos, en contra de los intereses de todos los poderes fácticos de la sociedad en la que se presenta.
En ambos, la mentira ha constituido el grueso de la argumetación de las opciones ganadoras. Pero han sido mentiras tan groseras en muchas ocasiones que no les ha sido difícil a las opciones contrarias demostrar contundentemente su falsedad. Pero... Aquí viene la novedad: no es tanto que la verdad no haya sido creída, sino que, simplemente, no ha importado. La verdad ya no es una cuestión de lógica, ni de moral2
Ya no es una cuestión de lógica, porque su afirmación no depende de su adecuación a los datos de la realidad, ni depende de la corrección del proceso intelectual que la deduce, sometido a las leyes lógicas del pensamiento.
Y no es una cuestión de moral, porque no vincula como exigencia al sujeto con su propia palabra, ni la verdad es un vínculo exigido en el pacto social con  y por aquellos a los que se dirige. Este aspecto es enormemente significativo en una sociedad como la norteamericana que destituyó a un presidente -R. Nixon, republicano-, por haber mentido, y estuvo al borde de hacerlo con otro -B. Clinton, demócrata-, por lo mismo, y no tanto por el objeto motivo de la mentira (espionaje electoral, y escándalo sexual respectivamente).
La post-verdad, pues, es una nueva actitud subjetiva del individuo, que tiene su visualización pública en lo social, y que intenta dar respuesta a una enorme frustración política y social en un momento de cambio cultural en el que la verdad como valor moral y ético parece haber quedado decisivamente debilitada, entre otras razones, por la evidencia del uso sistémico del engaño y la mentira por parte de las clases y los estamentos dirigentes, y que ha quedado en evidencia flagrante tras la estafa global y masiva del crasch económico del año 2008, y en la política austericida subsiguiente en la Unión Europea.
Efectivamente, esas masas engañadas durante décadas por un liberalismo económico salvaje, practicado y sostenido por un pensamiento neoconservador que ha desregularizado, no solamente el funcionamiento del Mercado, sino también los valores morales y democráticos que obstaculizaban sus expansión, esas masas han respondido desvalorizando la fuerza vinculante de la verdad, para promover la cohesión emocional de la identidad con el semejante, el otro como yo, que también ha sido engañado, que sufre la injusticia de la globalización, etc .
La postverdad es una metástasis por la que la verdad ha dejado de ser el enunciado de una conclusión (si p, entonces q, o no q), para devenir un contexto de significación: el receptor del enunciado de una mentira le otorga un valor de verdad en función del valor emocional que tienen para él su situación vital, sus experiencias biográficas presentes y pasadas, sus expectativas respecto al futuro, y le confiere así a aquella una autenticidad innegable, más allá de la referencia concreta a la que se refiere el enunciado de esa mentira.
¡A ver si Freud va a tener razón, y vamos a tener que incluir las razones y las dinámicas de lo inconsciente ente los protagonistas del juego!

1. Retomad la entrada http://cambiodesiglocambiodecultura.blogspot.com.es/2016/11/trump-en-contradiccion-la-globalizacion.html para recordar las íntimas conexiones entre la metodología propagandística entre ambos procesos electorales.

2. Indudablemente, todo lo tocante a la verdad, en tanto hecho de discurso, viene afectado por la disolución de un Otro referente y garante del pacto simbólico entre los hablantes. Aunque sería exagerado hablar de su completa extinción, si que es innegable ese debilitamiento que ha venido de la mano de la caída de los "grandes relatos" religiosos, ideológicos y culturales. El mayor campo de experiencia de esta situación de falta de referencias es el universo on-line, donde se mezcla y se confunde un maremagnum de información sin criterio de selección, sin orientación de lectura, y donde la posibilidad de decidir sobre la verdad/falsedad de lo que allí aparece exige de una capacidad crítica y de una formación cultural previa al alcance de muy pocos.

2 comentarios:

  1. El concepto queda claramente expuesto. Se agradece la capacidad de síntesis del artículo.
    Por mi parte, yo me hago la siguiente pregunta: ¿fueron post verdades las que arrastraron, por ejemplo, a Alemania e Italia al fascismo previo a la Segunda Guerra Mundial?

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